Amar sin nadie, vaya cosa triste.

martes, 27 de septiembre de 2011

Me pregunto si te acordaras de las cosas lindas que pasamos juntos. Me pregunto si te arrepentirás de algo. Por lo pronto yo me acuerdo de todo, desde el primer beso, hasta el último y más triste. Desde nuestras salidas a parque hasta nuestras vacaciones, nuestro finde en Monte, las noches que te quedaste conmigo, las noches que me hubiera encantado quedarme con vos. La noche que sí me quedé con vos. Llovía. Mucho llovía, fue la primera vez que me quedaba. Y fue una de las más lindas. Las veces que salimos al gallego, las veces que fuimos al Abasto, las veces que caminamos juntos, las veces que fuimos hasta tu casa, las veces que viniste a la mía. Año nuevo juntos. Cumpleaños juntos. Tu último cumpleaños que estuve ahí, TODO el día, al lado tuyo, ayudándote a acomodar todo para que cuando llegaran tus amigos no tengas que hacer nada y lo disfrutes con ellos. Tus besos. Me acuerdo de cada beso, de cada abrazo, de cuando me decías que cuando me sintiera sola pensara que me estabas agarrando de la mano. Siempre lo hacía. Me quedaba dormida pensando que vos también pensabas en mí. Me levantaba pensando en vos, o con un mensaje tuyo.

Me pregunto si te estaras boicoteando. Si estaras tratando de no pensar en mí. Me pregunto si ahora, lejos de mí, sos feliz. Me pregunto si fuiste feliz. Como también me pregunto cómo estaras ahora, en qué estarás pensando. Me pregunto si te quedó algo adentro, algo guardado. Me pregunto si te mentiste o si te mentis o si me mentis o si me mentiste. Me pregunto desde cuándo los “te amo”, los “te extraño” dejaron de ser sinceros. Me pregunto en qué momento te dignarás a hablarme. Me pregunto si estás confundido, si lo estuviste, si te confundieron.

Me pregunto qué se te pasó por la cabeza el 3 de septiembre. Qué se te pasó por la cabeza el 25 de septiembre. Qué tenés en la cabeza ahora. Me pregunto si mi nombre te retumba en la cabeza, o en el corazón. Me pregunto si extrañarás que esté en tu casa, haciendo lío, pidiéndote que me cocines, abrazándote mientras me cocinabas, riéndome a carcajadas. Me pregunto si te acordarás las veces que me reía tanto porque me hacías cosquillas. Si extrañarás mi obsesión por la limpieza, cuando barría o lavaba. Me pregunto si me leerás. Me pregunto si estás enojado, si no querés hablarme. Si te molesto, o si te molesté. Me pregunto si te duele algo de todo esto, extrañarme, quererme, lastimarme.

Me pregunto cómo tendrás los ojos. Qué cara tenés. Si demostrarás alguno de tus sentimientos. Me pregunto cómo me vas a mirar el día que te cruce, o el día que te vaya a ver.

Quiero creer que fuiste sincero. De verdad creo que lo fuiste. Me cuesta tanto esto. Aceptar que no queres nada conmigo ni siquiera hablarme o contestarme los mails que te mando. Me pregunto por qué estabas triste el 3 de septiembre. ¿Será porque no querías dejarme? ¿O porque sabías que ibas a lastimarme? Me pregunto por qué dijiste que volviéramos como al principio, y de repente no me saludes para mi cumpleaños. Me pregunto para qué querías terminar bien si estás empañando todo lo que pasamos juntos. Mi cabeza es un signo de pregunta. La tuya fue una caja fuerte. Nunca me dejaste llegar y tampoco sé si me dejaste llegar a tu corazón. Vos te instalaste completamente en el mío. Sin permiso. Y te fuiste dejando un vacío que no lo lleno con nada. De repente te extraño. De repente te odio. De repente me acuerdo de todo el tiempo que pasamos, de todo lo que pasamos, de todo lo que me diste, de todo lo que me cambiaste, y te amo. Porque te amé con todo mi corazón pero me duele que estés haciendo esto conmigo. Sigo siendo Gabriela eh, o Gabi, o Mumum, o como quieras llamarme. Hasta el 28 de agosto era el amor de tu vida. ¿Vos quién sos? ¿A dónde se fue el Lucas que conocí? El que me enamoró con su indiferencia por las cosas insignificantes, el que me enseñó a disfrutar todos los momentos en vez de pensar en mañana, el que me demostró que no es necesario demostrarle nada a nadie. El que me enamoró demostrandome lo mucho que me amaba a mi y no demostrandoselo a los demás. ¿Dónde está el Lucas que me daba paz? ¿El que me decía que nosotros veníamos bien y que nada nos iba a separar? ¿Qué fue lo que nos separó? ¿Cuándo fue que se te acabó el amor? ¿Se te acabó el amor? ¿O pasa algo más grave? ¿O directamente no te pasa nada conmigo? Me pregunto qué pasa si ahora mismo me aparezco adelante tuyo y te miro a los ojos. Me pregunto si valdrá la pena ir a buscarte hoy y que te diga todo esto. ¿Qué me vas a decir? Me da miedo lo que digan esos ojos. Me da miedo perderte. Otra vez.-

No hay comentarios: